Dalí Lips. el empeño de dos genios por hacer de la decoración, arte
Sólo se sabe hasta dónde puede llegar la fascinación obsesiva de un genio hacia algo o hacia alguien cuando se torna en una obra de arte surrealista, transgresora y provocadora y sobre todo cuando, apoyado y comprendido por benefactores y colaboradores necesarios, esa obra trasciende…
Sólo se sabe hasta dónde puede llegar la fascinación obsesiva de un genio hacia algo o hacia alguien cuando se torna en una obra de arte surrealista, transgresora y provocadora y sobre todo cuando, apoyado y comprendido por benefactores y colaboradores necesarios, esa obra trasciende a la bidimensionalidad de un cuadro y se convierte en una estancia y en una serie de objetos de culto.
Este es el caso de la pieza conocida como Dalí Lips, un sofá de exterior fabricado en polietileno rotomoldeado desde 2004, inspirado en el sofá que se fabricó para la sala «Mae West» en el Museo Teatro de Dalí, en Figueres.
Entre los años 20 y 20, en plena apoteosis surrealista y creativa, en un mundo convulso, una figura que despertaba (y despierta ) fascinación, era la protagonista indiscutible del mundo transgresor y provocador del bodevil, el cine, el teatro y el espectáculo. La provocadora y sexy Mae West. Un personaje que a nadie dejaba indiferente.
Dalí junto al mecenas y poeta británico Edward James, decidió, 1934, realizar esta obra, el Retrato de Mae West que puede utilizarse como apartamento surrealista pintado al gouache sobre una fotografía de la icónica actriz reproducida en un diario. Pero lejos de pararse ahí, fueron más allá y realizaron una pieza de arte surrealista que se convertiría en uno de los objetos surrealista más bellos e interesantes del movimiento surrealista: un sofá excéntrico, bello e inútil.
Un objeto meramente decorativo, fabricado en cinco versiones de las cuales tres permanecen en la fundación Edward James, una cuarta pieza es propiedad del museo Museo Boijmans Van Beuningen de Rotterdam y la quinta pasó a manos de un coleccionista privado quien lo compró por una cifra cercana al medio millón de dólares en 2017. Uno de los sofás exhibía un color rosa shocking inspirado en una famosísima barra de labios comercializada por la estilista Elsa Schiaparelli, para quien Dalí había diseñado en 1937 modelos para trajes y sombreros. Estos sofás inútiles están considerados como la obra cumbre del surrealismo.
Años después, la visión de Dalí de la estancia inspirada en el rostro de la carismática actriz se haría realidad al colaborar con el arquitecto Óscar Tusquets en el diseño del Teatro Museo Salvador Dalí Figures, Girona, Gerona. La estructura en tres dimensiones que reproduce el famoso cuadro es hoy en día, dada su singularidad y su sorprendente ilusión óptica, una de las mayores atracciones del museo.
«(…)Este proyecto nació de una amistosa colaboración con Salvador Dalí. Le propuse la idea de crear en una sala de su museo un espacio que, mirado desde un determinado punto, reprodujese una imagen en dos dimensiones, la de su famoso cuadro Retrato de Mae West pudiendo ser utilizado como sala de estar, realizado por el artista en 1936, en plena época surrealista. El cuadro, a su vez, representa una estancia, con lo que realizábamos el juego de crear un espacio que reprodujese un plano que a su vez representaba una habitación(…)» (Óscar Tusquests Blanca)
Para esta habitación, se diseñó un sofá tapizado de tela roja, que de inmediato se convirtió en un icono que tardaría 29 años en ser producido en serie. No con los materiales de este sofá, de relleno de espuma y tapizado de tela roja, sino fabricado en polietileno por rotomoldeo, de modo que se una pieza apta para exteriores. Editado por BD sus dimensiones exactas son: 170 cm. de ancho, 37 cm. de alto y 100 de profundidad.
Dalí Lips. el empeño de dos genios por hacer de la decoración, arte
Sólo se sabe hasta dónde puede llegar la fascinación obsesiva de un genio hacia algo o hacia alguien cuando se torna en una obra de arte surrealista, transgresora y provocadora y sobre todo cuando, apoyado y comprendido por benefactores y colaboradores necesarios, esa obra trasciende a la bidimensionalidad de un cuadro y se convierte en una estancia y en una serie de objetos de culto.
Este es el caso de la pieza conocida como Dalí Lips, un sofá de exterior fabricado en polietileno rotomoldeado desde 2004, inspirado en el sofá que se fabricó para la sala «Mae West» en el Museo Teatro de Dalí, en Figueres.
Entre los años 20 y 20, en plena apoteosis surrealista y creativa, en un mundo convulso, una figura que despertaba (y despierta ) fascinación, era la protagonista indiscutible del mundo transgresor y provocador del bodevil, el cine, el teatro y el espectáculo. La provocadora y sexy Mae West. Un personaje que a nadie dejaba indiferente.
Dalí junto al mecenas y poeta británico Edward James, decidió, 1934, realizar esta obra, el Retrato de Mae West que puede utilizarse como apartamento surrealista pintado al gouache sobre una fotografía de la icónica actriz reproducida en un diario. Pero lejos de pararse ahí, fueron más allá y realizaron una pieza de arte surrealista que se convertiría en uno de los objetos surrealista más bellos e interesantes del movimiento surrealista: un sofá excéntrico, bello e inútil.
Un objeto meramente decorativo, fabricado en cinco versiones de las cuales tres permanecen en la fundación Edward James, una cuarta pieza es propiedad del museo Museo Boijmans Van Beuningen de Rotterdam y la quinta pasó a manos de un coleccionista privado quien lo compró por una cifra cercana al medio millón de dólares en 2017. Uno de los sofás exhibía un color rosa shocking inspirado en una famosísima barra de labios comercializada por la estilista Elsa Schiaparelli, para quien Dalí había diseñado en 1937 modelos para trajes y sombreros. Estos sofás inútiles están considerados como la obra cumbre del surrealismo.
Años después, la visión de Dalí de la estancia inspirada en el rostro de la carismática actriz se haría realidad al colaborar con el arquitecto Óscar Tusquets en el diseño del Teatro Museo Salvador Dalí Figures, Girona, Gerona. La estructura en tres dimensiones que reproduce el famoso cuadro es hoy en día, dada su singularidad y su sorprendente ilusión óptica, una de las mayores atracciones del museo.
«(…)Este proyecto nació de una amistosa colaboración con Salvador Dalí. Le propuse la idea de crear en una sala de su museo un espacio que, mirado desde un determinado punto, reprodujese una imagen en dos dimensiones, la de su famoso cuadro Retrato de Mae West pudiendo ser utilizado como sala de estar, realizado por el artista en 1936, en plena época surrealista. El cuadro, a su vez, representa una estancia, con lo que realizábamos el juego de crear un espacio que reprodujese un plano que a su vez representaba una habitación(…)» (Óscar Tusquests Blanca)
Para esta habitación, se diseñó un sofá tapizado de tela roja, que de inmediato se convirtió en un icono que tardaría 29 años en ser producido en serie. No con los materiales de este sofá, de relleno de espuma y tapizado de tela roja, sino fabricado en polietileno por rotomoldeo, de modo que se una pieza apta para exteriores. Editado por BD sus dimensiones exactas son: 170 cm. de ancho, 37 cm. de alto y 100 de profundidad.